Descripción
Cuenta con un nuevo grupo óptico frontal con dos ópticas superpuestas, una aleta «pico de pato» de diseño más afilado y una gran pantalla regulable en tres posiciones de manera mecánica, tras la que se ha acoplado una instrumentación mixta analógico-digital que también comparte con la “mil”, aunque con la línea roja del cuentarrevoluciones un poco más arriba (10.000 rpm en este caso). Además ha recibido un nuevo subchasis, con un asiento de formas renovadas que se muestra muy confortable en ambas plazas y que facilita el manejo de la moto a baja velocidad debido a que es más estrecho en su parte delantera, en concordancia con el remodelado depósito. Igualmente la zaga se ha preparado para montar maletas con facilidad y se ha logrado que estas sobresalgan menos hacia los lados que en la versión anterior. En esta parte también se ha incorporado un nuevo grupo óptico de LED y una parrilla portabultos realizada en resina plástica, cuya superficie se encuentra al mismo nivel que la zona del asiento destinada al pasajero y así facilitar la tarea de llevar equipaje al utilizarla en solitario.
El motor es el conocido V2 a 90º de 645 cc, pero ha recibido hasta 60 nuevos componentes. Con ellos se ha adaptado a la normativa actual y anuncia un ligero aumento de las prestaciones a partir de medio régimen, declarando 71 CV, una cifra que supera en 2 CV a la de la versión previa. Otra novedad relevante es que incorpora un efectivo control de tracción similar al de la V-Strom 1000, regulable en dos posiciones y desconectable, y que recibe información de cinco sensores colocados en ruedas, acelerador, cigüeñal y cambio. Igualmente posee toma de corriente de 12V y un asistente que facilita la utilización a bajo régimen, subiendo ligeramente las revoluciones del motor al circular muy despacio o al presionar la maneta del embrague. Por otro lado, se beneficia de unos nuevos neumáticos Bridgestone Battlax Adventure A40, que le confieren una gran agilidad y un buen agarre.
En esta presentación hemos dispuesto de una V-Strom 650 en versión “XT”, que se distingue de la normal por incluir llantas de radios con los cercos lacados en dorado y preparadas para montar neumáticos sin cámara, así como cubremanos y una quilla de material plástico que protege algo los bajos del motor. Además, la unidad utilizada cuenta con gran parte de la carrocería decorada en amarillo, un color elegido para rememorar los éxitos cosechados por la marca en motocross y que también recuerda a las DR-Z y DR-Big con las que Suzuki compitió en muchos rallyes en el pasado.
Si mides en torno a 1,80 m e incluso algo menos es fácil llegar con los dos pies al suelo al acomodarte sobre su asiento. La moto es más estrecha en la zona de las piernas con la idea de facilitar las maniobras en parado y a baja velocidad. Al ponerla en marcha todo es dulzura y suavidad, con una rumorosidad mecánica muy baja, dejando claro que Suzuki controla muy bien este motor, lo que se traduce en un funcionamiento muy logrado, con un tacto de esos que se dicen “de mantequilla”. El embrague se presiona sin apenas esfuerzo y el cambio se acciona del mismo modo, siendo además rápido, preciso y muy poco ruidoso. Una vez que las ruedas comienzan girar, la suavidad de marcha es la tónica dominante, incluso cuando mantienes al motor girando a regímenes máximos. El propulsor empuja con cierta contundencia y de manera constante. La verdad es que para tratarse de un «seis y medio» tiene su carácter y responde sin mucha dilación desde apenas 2.000 rpm. Lógicamente, con 71 CV es difícil que te llegue a poner en apuros, pero en el caso de circular sobre superficies con poco agarre, el nuevo control de tracción, que actúa de manera muy poco perceptible, nos ayuda a conducir con mayor seguridad y confianza.
Por otro lado, la posición de conducción es espaciosa y muy natural, aunque al mismo tiempo nos conecta muy bien con el conjunto y nos permite controlarlo a la perfección. Gracias al manillar ancho y a la rapidez de reacciones del tren delantero, es muy sencillo dirigirlo hacia el punto requerido y al mismo tiempo permite corregir trazadas sin problemas. Está V-Strom se conduce con facilidad tanto a baja velocidad, como cuando apretamos el ritmo. Suzuki ha introducido retoques en las suspensiones y sorprenden por el buen equilibrio que ofrecen. Por un lado son confortables y absorben bien las irregularidades, y por otro permiten una conducción alegre con frenadas enérgicas, sin que la moto se hunda en exceso de delante y sin que apenas se descomponga. Aunque permite circular por pistas sin demasiadas complicaciones, deja claro que es una trail muy asfáltica que está muy enfocada a un uso y disfrute por carreteras de todo tipo. Para ello nos obsequia con una protección muy buena desde las rodillas, hasta la cabeza.
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